Un año más, se acerca el día de la Mujer y volvemos a hacer balance. Empresas, medios, e instituciones sacan pecho de políticas e iniciativas para lograr la igualdad de género en lo laboral. Pero echando la vista atrás este último año, ¿hemos conseguido avanzar hacia delante en la gestión del talento femenino?
Porque siendo honestos, parece que esta sociedad no deja de dar un paso hacia delante, y otro hacia atrás. Para muestra, nuestro ajetreado panorama político:
- Mientras que el nuevo Gobierno de coalición recoge en su programa un apartado de «políticas feministas», con medidas que refuerzan la lucha contra la violencia machista; alcanzar la igualdad retributiva y laboral; o ampliar los permisos de maternidad y paternidad…
- Irrumpe en el Parlamento un partido de extrema derecha, que propone cosas como la derogación de la Ley de Violencia de Género o el regreso a la ley del aborto de 30 años atrás.
Con este panorama, nos enfrentamos a una nueva realidad: La de seguir luchando por superar los “nuevos techos” que encontramos por el simple hecho de ser mujeres. Y no lo digo yo, lo dicen los datos. Unos datos que si bien han mejorado desde el último 8 de marzo, reflejan que todavía nos queda camino por recorrer hasta poner el marcador a cero. Y para muestra, un botón (o varios).
2020: Nuevos techos que romper
Hace dos décadas, apenas el 45% de las mujeres de entre 50 y 54 años tenía un trabajo. Fueron las mujeres del “baby boom” las primeras en romper records, revolucionando el mercado laboral hasta alcanzar el 78% de ocupación. Desde entonces, más de 9 millones de trabajadoras disfrutamos de nuestra aventura laboral con orgullo.
Pero las cifras siempre tienen una doble cara. Un doble filo que demuestra que esas 9 millones de trabajadoras todavía tenemos una barrera de género que superar en nuestra carrera profesional:
- Como que solo el 15,6% de los puestos de Dirección del IBEX 35 está ocupado por mujeres, frente al 40%
que fija la Comisión Europea. - O que exista una diferencia de hasta un 9% por encima en el sueldo total de un hombre frente al de una mujer que desempeñe el mismo puesto. Un hecho que, según el economista Henrik Kleven, tiene una relación directa con la maternidad.
- O que el 75% del empleo a tiempo parcial sea ocupado por mujeres. Una cifra que acentúa la diferencia de oportunidades económicas que, según el Informe de brecha de género global 2020 del Foro Económico Mundial, tardaremos 257 años en superar a nivel mundial (tranquilas, en Europa Occidental “solo” 57…).
- O que España ocupe el puesto 118 en “oportunidades directivas para mujeres” y el puesto 50 en “brecha salarial de género” de entre 132 países, según el Índice de Competitividad por el Talento Global (GTCI) realizado por Adecco Group Institute y Google, y presentado en Davos este enero.
Con los datos frente a frente, solo cabe preguntarnos: ¿por qué el ámbito empresarial, que en días como hoy saca tanto pecho por sus políticas de género, no se ve reflejado en los resultados? Y la respuesta está, una vez más, en que todavía no se ha producido ese cambio de mentalidad tan necesario.
Por más talento en femenino
Ewa Widlak, consultora en políticas de Igualdad, argumentó en una entrevista en El País que el cambio dentro de las empresas no puede ser solo cuantitativo, debe ser mental: “Muchas empresas se quedan en el poder legislativo. El problema es que no ven los beneficios”. Porque el talento femenino trae beneficios, y muchos. Ya lo dice Michelle Obama:
«Ningún país puede prosperar realmente si ahoga el potencial de sus mujeres y se priva de las contribuciones de la mitad de sus ciudadanos.»
Y es que algunos no quieren ver que la paridad beneficia al negocio: con diversidad de ideas y proyectos, con nuevos enfoques, con más innovación, con nuevas formas de liderar… Si por razones de género descartamos al 50% de la población mundial, estamos dejando de lado la mitad de nuestras posibilidades de encontrar, reclutar y sobre todo, potenciar el mejor talento para nuestras compañías.
Necesitamos lograr ese cambio de mentalidad. Necesitamos más mujeres en los Comités Ejecutivos. Más mujeres managers en los altos cargos de las compañías. Más referentes, más oportunidades, más mentoras, más ascensos, más de todo… Pero más. Más mujeres que demuestren que nuestro talento está por encima de cualquier criterio físico. Y más hombres que nos apoyen públicamente, nos potencien y nos aplaudan por dar ese paso al frente.
Porque la realidad es que necesitamos más talento femenino, y lo necesitamos ya. No el año que viene, no mañana. Ya. Somos muchas y muchos los que estamos listos para romper esos nuevos techos invisibles. Preparados para generar ese cambio de mentalidad en nuestra sociedad. Y si no nos dan la oportunidad, la cogeremos con nuestras propias manos. De eso no cabe la menor duda.