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Hacer networking
Luces de Shanghái

¡Que alguien me enseñe a hacer networking!

Hacer networking es una de las cosas más complicadas que he hecho en la vida. No sé si os pasa a vosotros, pero yo siempre me quedo bloqueada en los momentos clave. Sin saber bien cómo entablar conversación o peor, cómo zafarme si el interlocutor no me aporta. Pensaréis que soy una exagerada, pero dejadme que os cuente una anécdota para que veáis que todo esto es fruto de la experiencia:

Hace un tiempo, mi querida Paloma Casillas y yo (ambas consultoras de Comunicación hechas y derechas) acudimos a una fiesta de Alumni de un importante master europeo. Nuestro objetivo estaba muy bien definido: conseguir contactos y dar visibilidad a quienes éramos y qué teníamos que ofrecer. Hasta ahí todo claro. El problema llegó cuando tocó llevar a cabo el plan. 

Problema Nº 1: Establecer contacto (sin parecer desesperado)

Tras ponernos la “tarjetita” identificativa correspondiente en la solapa de la chaqueta, nos conducimos al evento. ¡Y cuál fue la sorpresa al darnos cuenta que el plan hacía aguas incluso antes de poner un pie en la habitación! 

La sala estaba repleta de gente estratégicamente colocada: unos más cerca de la puerta (por si tenían que salir por patas cuando vieran que estaba todo el pescado vendido); otros en los sofás (para evitar miradas indiscretas); y otros muchos, cerca del catering (el gran cebo de los eventos corporativos, ¡la comida gratis!). Pero todos, absolutamente todos, apiñados en pequeños grupos muy bien compactados. 

Hacer Networking

Callejones de Shanghái

Nos quedamos en la puerta sin saber muy bien qué hacer. Para salir del bloqueo, nos acercamos primero a la zona de catering, donde había más gente aglomerada. Allí estuvimos un rato, dando pequeños mordiscos a un sándwich de Philadelphia, y esperando cruzar la mirada con alguna persona despistada. 

Yo tuve un terrible flashback a mis años de discoteca, cuando intentaba ligar a base de “miradas indiscretas” y

supe de inmediato que la técnica no funcionaría. Teníamos que romper el hielo, meternos en alguna conversación, pero todas las estratagemas que urdía en mi cabeza resultaban a cada cuál más incómoda y brusca.

Así que decidí coger el toro por los cuernos y, aprovechando que un par de chicas con la guardia baja pasaban a la caza de canapés, decidí atacar: “Hola, me llamo Celia. Esta es mi amiga Paloma, ¿cómo os llamáis?”. Efectivamente, había sonado tan incómodo y brusco como me lo había imaginado. Pero como las chicas no tenían dónde ir, al final dio resultado.

Problema Nº 2: Cómo hablar con más de un asistente (y no ofender en el intento)

¿Cuál fue el siguiente problema a solucionar? La falta de movilidad entre asistentes. Se supone que estos eventos están pensados para saltar de uno a otro, conociendo gente, alternando conversaciones. Pero resultó que estas chicas estaban tan desubicadas como Paloma y yo, y se agarraron a nosotras como un clavo ardiendo. No había manera de “huir” de forma educada, y menos después de haberles abordado de tan descaradamente.

Yo no hacía más que pensar “seguro que aquí está la Directora de Comunicación de alguna importante empresa europea con la que debería hablar, y estoy perdiendo la oportunidad de mi vida”. Evidentemente, esa idea era venirse un poco arriba, pero también es cierto que después de media hora con aquellas chicas se acabaron todos los cartuchos por quemar.

Problema Nº 3: No darse por vencido (por mucha vergüenza que pases)

Pasaron los minutos, se acabaron los canapés, y llegaba nuestro momento de asumir la verdad: la cita había sido un completo desastre. No solo no habíamos conocido a la Directora de Comunicación que nos ofrecería el trabajo de nuestros sueños, sino que además habíamos sido incapaces de romper las ataduras invisibles de la “buena educación” con unas perfectas desconocidas. Nuestra intentona para hacer networking había sido de un fracaso estrepitoso. 

Ese día nos fuimos a casa con la sensación de que, a pesar de ser profesionales de la Comunicación, no teníamos ni idea de cómo enfrentarnos a la venta directa de algo tan importante como nuestro talento. Algo que creo nos va a tocar aprender a las duras, y para la que cierta gente tiene un talento especial desde que nació. Por eso lanzo esta pregunta al aire, para esos expertos de la autoventa personal, ¿podéis enseñarme a hacer networking?

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