18:45 de una tarde de jueves después de puente. Me dirijo al encuentro de Pablo, Cristina, Neo y Lucía: cuatro estudiantes que este junio se presentan a su prueba de Selectividad y que, en unos años, serán los candidatos de las empresas del futuro.
Nos sentamos en un bar, con unos refrescos delante, para hablar de cómo ven su próxima vida laboral. Empezamos la entrevista, y no tardo ni cinco minutos en darme cuenta de toda su energía, visión y ganas de comerse el mundo. Y es que estos “candidatos del futuro”, sin duda, tienen mucho que decir:
P: ¿Qué tal lleváis Selectividad? ¿Estáis listos para el examen?
Neo: Sí, nos han preparado bien.
Lucía: Bueno, en algunas asignaturas sí. Pero en otras, yo creo que para ir tranquilos necesitamos un milagro. Pero dentro de lo que cabe, estamos listos.
P: ¿Creéis que jugárselo todo a un único examen es lo más justo? Porque todos podemos tener un mal día, los nervios…
Lucía: No (coinciden todos). A mí me gustaría aprender porque algo me llame la atención y me vaya a servir de algo, no porque lo tengas que vomitar en el examen.
Neo: Yo estuve el año pasado en EE.UU. y me pareció que la forma de enseñar de allí era mucho más interactiva, por proyectos. Evidentemente, había un test, pero apenas contaba para nota. Se aprende de otra forma.
P: Todos tenéis claro la carrera que queréis elegir, ¿qué os hizo decidiros?
Cristina: A mí la asignatura de Economía me gusta mucho, y es la que veo que puedo aplicar más en lo que quiero trabajar. Y luego Derecho, me parece interesante…
Pablo: En mi caso, mis padres los dos han hecho Economía. Lo he vivido desde pequeño, y es algo que me gustaría también probar.
Lucía: Yo lo elegí porque la Mención Internacional me permite irme un año o dos fuera, que me interesa bastante…
Neo: En mi caso, lo tengo decidido desde hace tiempo. Tengo muchas ganas de entrar en Periodismo, es una profesión que me motiva bastante. Me gustaría especializarme en Periodismo Deportivo, pero depende de si hago un Doble Grado o no…
P: ¿Hay algún genio/a en vuestra clase que por el sistema actual se está quedando fuera de Selectividad?
Pablo: Justo hay uno. Es el tío más inteligente que conozco, y tiene unas notas pésimas.
Lucía: Creo que es porque el sistema no le motiva. Entre que te da pereza estudiar y que no te sientes motivado, eso aumenta la posibilidad de fracasar muchísimo.
P: Por lo que hemos hablado, vosotros veis el emprendimiento como una salida natural, ¿no es así?
Pablo: Sí, la verdad. Hay gente que a nuestra edad ya ha probado a abrir pequeños negocios.
Neo: Yo abrí un negocio en Redes Sociales, una especie de alternativa para fumadores. Y te das cuenta de lo fuerte que es Instagram, el alcance que puede llegar a tener. Es muy loco el impacto que alcanzamos en solo un par de meses.
Lucía: Yo creo que eso es una ventaja que tenemos, y que nos anima a probar suerte. Si abres un negocio pequeño, Instagram es una ventana al mundo muy potente.
Cristina: Y gratuita.
P: Me alucina que con 18 años haya tanta gente emprendedora… Es algo realmente impresionante.
Pablo: Pero es otro tipo de emprendimiento. Son más bien “negocios efímeros”.
Lucía: Sí, no son negocios de larga duración. Es más bien algo rápido.
P: Eso es muy diferenciador. Yo por lo menos, tengo la sensación de querer crear algo que dure. Y si no dura, parece un fracaso…
Lucía: Esto es totalmente al revés, es crear algo que te permita adaptarte. Cuanto más rápido mejor, porque así hago otra cosa, y no estás centrado solo en una idea.
Cristina: Básicamente les ilusiona la idea, les apetece llevarla para delante y se lanzan. A nuestra edad, nadie se plantea abrir un negocio que dure 20 años…
P: ¿Tenéis alguna referencia en mente?
Lucía: Un chico que se llama Jorge Branger. Tendrá unos 20 años, es emprendedor, ha fundado pequeños negocios con influencers y se dedica al mundo del Marketing. Tiene una plataforma que se llama Flyt! y es bastante impresionante.
P: Vosotros sois el futuro talento de las empresas ¿Qué os movería a elegir un trabajo frente a otro?
Lucía: Viajar. Sin duda elegiría el que más viaje.
Cristina: Yo también sería por viajar, y por el modo de trabajar en cada una: por la que sea más divertida, más interactiva, más dinámica…
Pablo: Yo la que mezcle trabajo y recompensa. Me decantaría por el que me ofrezca mejor equilibrio entre tiempo de trabajo y salario.
Neo: A mí me gustaría estar en prensa deportiva. Si estoy donde quiero estar, me daría igual todo, porque sería vivir una atmósfera única.
P: ¿Cómo os imagináis que es trabajar en una oficina?
Neo: Creo que es un trabajo que necesita muchas horas, pero que es un sacrificio que luego se recompensa.
Lucía: Yo prefiero que no me compense tanto económicamente y tener mi tiempo. Porque al fin al cabo, ¿ese dinero luego qué? ¿Lo voy a querer para seguir trabajando 24h?
Cristina: En mi opinión, creo que lo del dinero nos lo han metido mucho en la cabeza. Como que necesitas labrarte un futuro y ganar un “sueldazo” a toda costa… Que lo primero tiene que ser lo que te vas a llevar en el bolsillo, y a veces no valoramos el resto.
P: Dais por sentado que os va a tocar “echar muchas horas”, ¿por qué es eso?
Lucía: Creo que es algo que está muy confundido en España: cuantas más horas eche, mejor. Pero si tú trabajas lo mismo en 6 horas que en 12, no estás haciendo nada malo por irte antes. Pero si lo haces, la gente te mira mal…
Cristina: Es así totalmente. Y no solo en el trabajo, también a la hora de estudiar. Mis padres, por ejemplo, siempre me dicen: “tienes que echarle cuatro horas al día”. Si yo puedo hacer algo en dos horas, no significa que haya perdido el tiempo. Pero creo que es algo que se sigue pensando en las generaciones de por encima.
Neo: Yo lo veo muy diferente. Si hay algo que me gusta, ya sea echar horas o no, me daría igual. Me pongo porque me apasiona y punto.
P: Os dan el puesto de vuestra vida, ¿a qué estaríais dispuestos a renunciar?
Lucía: A vacaciones.
Pablo: A tiempo.
Neo: Yo a pasta.
Cristina: Justo. Es que yo no creo que, excepto el dinero, puedas renunciar a algo sin que te afecte a nivel personal. Si te quitan horas de tiempo libre, te vas a acabar frustrando y acabarás odiando tu trabajo. Que te paguen un poquito menos, siempre que esté bien pagado y puedas hacer tu vida, es mejor.
P: ¿Y a qué no renunciarías jamás?
Pablo: Al tiempo con mi familia, sin duda.
Neo: Al buen trato y respeto dentro de la empresa.
Lucía: Yo creo que igual, el buen trato y buen ambiente en la empresa me parece básico.
Cristina: Yo creo que a mi salud mental. A estar a gusto. Poniendo todo en la balanza y diciendo “esto un poco mejor, esto un poco peor”, pero que tú te sientas bien y al final todo compense.
P: ¿Cuál sería vuestra empresa “top”?
Neo: A mí me gustaría estar en alguna TV pública, en cadena Cope en la radio, o en TV en plan Movistar. Lo firmo ya. Paco González, aquí me tienes (risas).
Pablo: Para mí, mi ejemplo a seguir es mi padre: le gusta su trabajo, tiene tiempo, le invitan a partidos del Atleti, al Mutua Madrid Open… Y lo compagina perfectamente con su familia. Mientras tenga el mismo trabajo que tiene mi padre, me vale.
Cristina: Yo no tengo ninguna empresa “top”. Entra en mis opciones hacer unas oposiciones por garantizarme un futuro. Creo que me compensaría mucho a largo plazo.
Lucía: Creo que mi “top, top” sería crear la mía propia. No estar trabajando para nadie, si no tener yo mi propio negocio. Todavía no tengo idea de qué concretamente. Se me van ocurriendo ideas, pero ya surgirá.
1 Comentario
Erika
¡Qué buen punto ha sido darles voz, Celia! Sus reflexiones me han hecho volver a cuando yo estaba en su misma situación!