Cuando Óscar me confirmó que contara con él para este “De Afterwork con…” no daba crédito a mis ojos: entrevistar al Director de Arte de Vogue España y creador del rediseño de El País Semanal. ¡Más me valía estar a la altura!
Al final resultó que las más de dos horas de entrevista que grabamos se pasaron volando, con muchas risas y anécdotas encima de la mesa. Aquí un resumen muy resumido de una tarde para el recuerdo:
P: Si tuvieras que describir en tres líneas tu carrera, ¿Cómo sería?
R: Pues creo que, como todo el mundo, ha sido una consecuencia de casualidades. Empecé a trabajar como profesor de Tipografía en una escuela de Diseño Gráfico. Luego pasé a hacer editorial y a través de otro amigo, me recomendaron para hacer El País Semanal. Ahí fue cuando conocí a Eugenia de la Torriente, directora de la revista, y me ofreció trabajar en Vogue España como Director de Arte, que es donde estoy ahora.
P: Hay muchísima diferencia entre lo que hace un Director de Arte en un estudio de lo que haces tú, ¿puedes contarnos un poco en qué consiste tu trabajo?
R: Básicamente, intento dar una coherencia visual a todo lo que es la revista. Desde la ilustración, la fotografía, la luz y el color, la composición de las páginas, la tipografía… En mi equipo tenemos la responsabilidad de que todo tenga un sentido visual, y eso hace que el trabajo en equipo sea fundamental.
P: Llevas 15 años en esto… De todos los proyectos que has hecho, ¿cuál es el que más te ha marcado?
R: Aunque es el que esperarías, El País Semanal. Me hacía mucha ilusión hacer la revista que sabía que iba a leer mi padre cada domingo.
P: ¿Lo tuyo es vocacional, no podrías haber sido otra cosa?
R: Trompetista, pero creo que para eso sí que hace falta talento que no tengo (risas). Ahora en serio, en aras de la vocación, a mí me hubiera gustado ser arquitecto, pero creo que soy incapaz de esperar tanto tiempo para tener un proyecto acabado.
P: Desde que has llegado, ¿qué es lo que más te gusta de trabajar en Vogue?
R: Creo que es el acceso más directo a poder trabajar con los fotógrafos con los que siempre he querido trabajar. Y luego poder acceder a todo el archivo histórico de Vogue es increíble.
P: ¿Y lo que menos?
R: Lo que menos me gusta es que solo trabajo con una marca. Yo soy más productivo cuando puedo saltar de una cosa a otra: Si tengo que hacer una página, y me das todo el día para hacerla, voy a ser incapaz. Si me das 10 min, eso se resuelve como solo… Eso me falta, y me resulta muy difícil de gestionar a nivel creativo, porque estoy haciendo el mismo producto todo el rato.
P: ¿Crees que podemos hablar de un “Talento de Moda”?
R: Creo que es un sector en el que hay mucho talento, que es algo que se frivoliza desde fuera. Hay mucha más profundidad de la que parece: Mucha investigación, gente muy culta que conoce el mundo del Arte, la historia de la Fotografía, que escribe muy, muy bien…
Lo que pasa que en España hay esa sensación de que los periodistas serios no escriben de Moda, y creo que es radicalmente falso.
P: Creo que la sensación desde fuera es que el periodista de Moda es inalcanzable, como otra élite…
R: Yo si te soy sincero me esperaba como cierto “snobismo” que no existe. A menos en mi experiencia, existe una atmósfera y un ambiente realmente cercano.
No he encontrado grandes egos, o por lo menos nada diferente a otra empresa. No creo que el matiz de trabajar en Vogue o en otra revista de Moda lo cambie.
P: ¿Qué consejo le darías a alguien que quiera trabajar en Vogue? Ya sea periodista, diseñador, fotógrafo…
R: Hay una cosa que sí me sorprendió, y es lo mucho que saben todos de Moda aunque no trabajen directamente en eso.
La gente que trabaja en Vogue es porque se han pasado muchos años leyendo de moda, estudiando moda, viendo desfiles… Hay realmente un vínculo muy directo que quizá en otras industrias no pasa.
P: ¿Hay mucha competitividad?
R: La competitividad es enorme, pero de puertas para fuera. No podemos ser ajenos a lo difícil que es hacer revistas hoy en día. Se vende mucho menos, es todo mucho más difícil…
P: Pasando a tu faceta creativa, ¿crees que cualquiera puede ser un buen diseñador o hay que tener un don?
R: Yo creo que el talento es innato, pero se pueden cultivar muchas facetas que te pueden convertir en un gran diseñador o Director de Arte. Eso te das cuenta siendo profesor: sí hay talentos naturales, eso no hay manera de comprarlo.
P: ¿Cuáles son esas cualidades a potenciar?
R: Yo creo que puedes aprender el gusto, de composición, de fotografía, de color… Si tú mezclas y trabajas todo eso, puedes llegar a desarrollar un muy buen trabajo.
P: Y aun teniendo ese talento y potenciando esas cualidades fantásticas, ¿es fácil crecer en una profesión como la tuya?
R: Para nada. El problema del Diseño Gráfico es que no hay hueco ni estructura: En un estudio, pasas de ser diseñador junior, a senior, a Director de Arte. Y de ahí, a ser freelance. Te cambias dos / tres veces de estudio y no hay nada más que hacer.
P: Pero para triunfar como freelance hay que saber de mucho más que de Diseño Gráfico, hay que saber de negocios…
R: Ese es otro de nuestros grandes problemas: Es totalmente necesario profesionalizar el sector, que no es nada profesional.
Es necesario desmitificar los trabajos creativos. Ni somos artistas, ni estamos esperando la inspiración, ni lo hacemos por hobbie… Hay un método, un trabajo y un estudio detrás. Es una profesión como cualquier otra, pero nosotros somos los primeros que pervertimos este concepto.
P: ¿Por qué crees que esto ocurre entre los profesionales del diseño?
R: Nos cuesta mucho resistirnos a un buen portfolio. Nos hace ilusión el proyecto y nos metemos de cabeza sin cobrar, pero a la larga no te trae beneficio. Si haces las cosas gratis no consigues nada: ni respetan tu trabajo, ni mejoras tu sector, ni el trabajo va a ser mejor… Y siempre es por la promesa de un portfolio, y el portfolio no te da de comer.
P: ¿Tú trabajarías gratis por un proyecto que te encantara?
R: No. Las ideas no se venden gratis, y baratas tampoco. Es una cuestión de respeto por tu propio trabajo.
P: ¿Y alguna vez lo has hecho?
R: Sí, claro. Sobre todo al principio, y siempre salió mal. Siempre.
P: Entonces, a alguien que acaba de empezar su carrera como diseñador, ¿qué consejo le das para que no entre en esa dinámica?
R: Que no trabaje gratis, lo primero. Si pones un precio adecuado, siempre puedes rebajar, adaptarte; pero ascender de cero hacia arriba es casi imposible.
Piensa que en este mundo un cliente te llega por otro cliente. Si al anterior no le has cobrado, o le has cobrado poco, el siguiente esperará lo mismo. Es siempre mal negocio.
P: ¿Y de cara a coger experiencia?
R: Hoy en día, buscar nuevas fórmulas me parece lo más inteligente. Hay que probar distintos caminos (artístico, video, cine…) y eso es mucho más sano. Además, gracias a la revolución digital ahora es más sencillo conseguir visibilidad: abrir una cuenta de Instagram no cuesta nada, y es una exposición brutal a tu trabajo.
P: Tú que has sido profesor y llevas mucho en esto, ¿ves preparada a la próxima generación?
R: La verdad que soy muy optimista. Creo que hay gente con mucho Talento ahí fuera, que sabe romper las dinámicas y que ve la profesión y la vida de forma muy diferente y eso les quita muchos complejos. Como ya he dicho, están abriendo nuevos caminos, y eso solo puede ayudar a esta profesión a seguir creciendo.
2 Comentarios
Erika
¡Muy buena entrevista! Y sobre todo grandes consejos de un profesional al que merece la pena seguir de cerca.
Javier
Muy interesante entrevista y perfil. Me gusta que se haga hincapié en dificultades y ventajas de la profesión en sí, más que en trabajos específicos… Es algo que no se encuentra fácilmente. Enhorabuena!