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El Talento, ¿se nace o se hace? (Parte 1)
Homenaje a Notre Dame

El Talento, ¿se nace o se hace? / Parte 1

“Hay gente que tiene talento y hay gente que no”, así de rotundo empieza este artículo de Bárbara Ayuso en Jot Down. Brillante, por cierto. De esos textos que te hacen pensar, estés o no de acuerdo con sus palabras. Este en concreto se centra en si existe o no un talento natural en el campo de la poesía. Pero es una reflexión que podemos hacer extensible a todo un ámbito, ya sea artístico, literario o profesional: ¿Existe algo que llamamos Talento que nos distingue a unos de otros? ¿El Talento viene de serie o puede trabajarse? ¿Depende de la constancia y del trabajo duro sacarlo a la luz o surge de forma natural?

Para poder dar respuesta a preguntas tan trascendentales, quizá debamos empezar por el principio, porque ¿qué consideramos realmente como Talento?

Según la RAE, cuando hablamos de Talento hablamos de inteligencia, actitud o de una persona inteligente o apta para una determinada ocupación. Es una definición adecuada, pero quizá poco profunda ya que como bien dice Wislawa Szymborska, Premio Nobel de Literatura de 1996:

«Talento es un concepto difícil de definir científicamente. Pero eso todavía no significa que algo que cuesta definir no exista».

Un artículo, tres posibles puntos de vista:

Tras leer varias veces el artículo, me vienen a la cabeza tres posibles perspectivas:

  1. Que el talento sea cosa de los genes y, como dice Ayuso, existen unos pocos “ejemplares únicos, paladines de la injusticia de una genética caprichosa”. Muchos genios y conocedores de las Artes son partidarios de esta teoría, y es que ya lo dice Oscar Wilde: “Lo que no te dé la naturaleza, no se puede aprender”.
  2. Que todos tenemos las mismas dotes, solo que unos más desarrolladas que otros. Y que aquellos que son constantes y con mayor fuerza de voluntad consiguen sobresalir. Es la postura que sostiene que «el Talento es igual a perseverancia». Aquí todo radica en si confiamos o no en el ideal de justicia del ser humano, la creencia de que «si me esfuerzo lo consigo. Cueste lo que cueste».
  3. Que la realidad sea un mix de las dos primeras. Donde existan “superdotados” del Talento, que sin esfuerzo son capaces de brillar por encima del resto; y otros con cualidades menos lucidas, pero con esfuerzo y dedicación sepan posicionarse. Y por supuesto, están los “superdotados” que se esfuerzan y se dedican en cuerpo y alma a cultivar su don, que esos ya “son la leche” y nos hacen sombra a todos con nocturnidad y alevosía.

Son tres perspectivas válidas, cada una con sus pros y sus contras, sus detractores y sus incondicionales. Estoy convencida de que si juntáramos a partidarios de cada una de ellas a discutir al respecto sería una conversación sumamente interesante, pero que nunca tendría fin. Y lo sería por el simple hecho de que nos guiamos de nuestra experiencia, de nuestras creencias y corazonadas, porque no hay manera de probar que ninguna de ellas sea 100% cierta.

Buscando solución a una pregunta sin respuesta

Si me preguntáis a mí, os diría que solo tengo clara una cosa, y es que no tengo nada claro. Este artículo ha sido como una caja de Pandora, donde más que respuestas me ha hecho plantearme multitud de preguntas, ¡y eso me fascina! Aunque me queda mucho por meditar, por el momento solo puedo rascar unas cuantas teorías propias en ciernes:

  • Que hay gente que nace con talento, y punto.
  • Que hay otra gente con menos talento (pero con algo) y que gracias a su esfuerzo y perseverancia pueden conseguir que ese talento crezca.
  • Que tenemos que distinguir entre “talentos” y “habilidades” propias del ser humano, como el ingenio o la creatividad, y que todos compartimos (aunque algunos las tengan más dormidas que otros).
  • Que no tengo ni idea de si con mucho esfuerzo podemos superar a un talento natural, ni si un talento natural, sin pizca de esfuerzo, se puede quedar estancado. Eso es una discusión en sí misma.

 

Como veis, este texto deja muchas preguntas en el aire, pero es que un simple y modesto post no puede cubrir un tema sobre el que llevan discurriendo los filósofos por los siglos de los siglos. Por el momento, lo único que puedo prometeros es seguir investigando, hablar con mucha, mucha gente sobre su visión de un tema tan personal, y volver con más ideas al respecto. Mientras tanto, os dejo la pelota en vuestro tejado, y es que ahora os toca a vosotros buscar respuestas: el Talento, ¿se nace o se hace?

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